gestión de crisis, reputación, rsc, sostenibilidad, transparencia

El escándalo Volkswagen y sus repercusiones.

volkswagen-logo(ACTUALIZACIÓN: En relación con este tema se puede ver una evolución de la situación 2015-2017 del dieselgate en mi otro post titulado «¿Le ha salido gratis el dieselgate a Volkswagen?» publicado en abril de septiembre de 2018).

Este pasado viernes 18 de septiembre una noticia sacudía la sociedad y el sector automovilístico mundial: la agencia norteamericana E.P.A (Environmental Protection Agency, o Agencia de Protección del Medioambiente) hacía público que Volkswagen (en adelante VW) estaba falseando los resultados de las emisiones contaminantes de varios de sus coches con motorización diésel vendidos en Estados Unidos entre 2008 y 2015.

El método utilizado consistía en que el software del vehículo detectaba cuándo se estaba realizando la operación de análisis de contaminantes y ponía el vehículo a funcionar en lo que podríamos llamar como “perfil bajo de emisiones”. Cuando el coche volvía a funcionar en modo “normal” sus emisiones de gases contaminantes eran entre 10 y 40 veces superiores a lo permitido.

Durante un periodo de un año, desde VW se mantuvo la explicación que la diferencia entre los niveles contaminantes en las pruebas y en carretera abierta eran debidos a un problema técnico y no a una acción deliberada de engaño. Sólo cuando la E.P.A amenazó con prohibir la comercialización de los modelos de Volkswagen y Audi de 2016 la empresa alemana admitió el engaño.

Desde que se destapó el escándalo, y a modo de resumen, ha sucedido lo siguiente:

  • Se han paralizado las ventas de los vehículos diésel de VW en EE.UU.
  • La capitalización en bolsa de VW ha bajado casi un 35% en dos días, lo que supone aproximadamente 26.450 millones de euros.
  • El jefe de VW en EE.UU., Michael Horn, reconoce que la han cagado, que han sido deshonestos con la agencia norteamericana y con sus clientes, que van a arreglar todos los coches, que lo sucedido va “totalmente en contra de nuestros valores”, que están comprometidos en restaurar la confianza en la marca y que “pagaremos lo que tengamos que pagar”.
  • Inicialmente se reconocía que el número de vehículos afectados en EE.UU. era de 500 mil pero posteriormente VW ha dicho que podrían ser 11 millones en todo el mundo.
  • Diversos países como Francia, Italia o Corea del Sur anuncian investigaciones para conocer si el fraude también se ha dado en esos países.
  • VW ha aprovisionado 6.500 millones de euros para cubrir el coste de adaptación de los vehículos afectados para cumplir con los estándares de contaminación y para cubrir otros gastos, mientras sólo en EE.UU. se podría estar enfrentando a multas por valor de 16.070 millones de euros.
  • La canciller alemana, Angela Merkel, ha exigido a VW “transparencia total”.

“Bonito” panorama al que se enfrenta VW, ¿verdad?

Una de tantas empresas que están orgullosas de su Responsabilidad Social Corporativa y que después “la cagan”. Y no lo hacen por accidente o por imponderables, no. “La cagan” a propósito. Mienten y engañan, directamente. Toman a sus clientes, a las administraciones, a las agencias y a la sociedad en general por imbéciles.

Según la web española de VW, la RSC de VW nos dice que “el compromiso con la sostenibilidad, el medio ambiente y la sociedad constituyen los valores principales de la responsabilidad social corporativa de Volkswagen-Audi España”. Dentro de esa RSC destaca el programa “Think Blue” que “tiene como prioridad la protección medioambiental y la conducción sostenible. Unir tecnologías más eficientes y naturaleza. Eso es Think Blue. Y con este lema se recogen las tres premisas básicas de la filosofía de Volkswagen en materia de movilidad sostenible: reducir, compensar y contribuir”.

Invito al lector a visitar la web de Think Blue e investigar el vínculo que existe entre lo que allí se dice y lo que la empresa estaba realmente haciendo. Yo, desde luego, no lo veo. Creo que se podría poner de ejemplo claro de lo que no es realizar una RSC alineada con el negocio (bueno, sí sobre el papel que lo aguanta todo, claro, pero no a la hora de la verdad).

Desconozco, obviamente, cuáles fueron las palabras exactas que debieron de decirse entre ellos aquellos que decidieron llevar a cabo este fraude, pero seguramente podría ser algo como “Tranquilos, no se van a dar cuenta” o un “Total, ¿qué nos puede pasar? Sabemos a quiénes tenemos que dirigirnos y cómo callarlos si se descubre algo”, o alguna frase del estilo. Pues señores… utilizando el mismo lenguaje de su jefe en EE.UU… “les han trincado y la han cagado”. Pero a base de bien.

Es pronto para saber cuáles son las responsabilidades en este caso y quiénes son los culpables concretos, pero cuando los problemas atañen a temas éticos quienes tienen las manos manchadas suelen ser los de arriba del todo de la pirámide empresarial, por lo que dudo que fuera algo ampliamente conocido y creo que seguramente sólo algunos directivos, algún departamento de desarrollo y algunos ingenieros y técnicos sabrían del software que falseaba la contaminación emitida por los coches afectados. ¿Sabrían todos estos el riesgo económico y reputacional para la empresa que se corría si se descubría “el pastel”? ¿Les importaba?

Por tanto, suponiendo que el fraude fuera conocido por pocos ¿hasta qué punto deberemos culpar a la marca VW y al global de su organización de este fraude? Siempre digo que las organizaciones no son socialmente responsables o irresponsables, sino que es el conjunto de las personas que las forman quienes lo son, y que después ello puede permear o no a la organización y en mayor o menor grado. La depuración de responsabilidades nos dará una idea de si VW es más o menos responsable socialmente “en su conjunto”.

En cuanto a las consecuencias de este fraude sería largo enunciarlas todas y es además complicado definir un orden de importancia, pero nos valdremos de una escala monetaria y lo fácil o difícil de tangibilizar el daño realizado (o aún por realizar), y teniendo en cuenta que este es un tema que no se va a solucionar en un periodo corto de tiempo por lo que puede diferir bastante su coste (y no precisamente hacia abajo).

En primer lugar y aunque VW es una empresa con grandes beneficios, el hecho de tener que enfrentarse (inicialmente y sin acabar de cuantificarse) a multas de 16.000 millones de euros y al coste de reparación/adaptación de los vehículos podría ponerla en aprietos económicos a corto o medio plazo. Eso sin tener en cuenta las denuncias que, sobre todo en EE.UU que es un país muy dado a ello, pueden cursar contra VW los propietarios de los vehículos de manera individual o colectiva. Porque no debemos perder de vista una cosa, y es que a los usuarios se les ha vendido un vehículo con unas premisas de contaminación que no son las reales, cosa ya de por sí denunciable, pero habrá que ver cuáles serán las prestaciones de esos coches cuando sean adaptados y contaminen lo que debían de contaminar. ¿Consumirán más combustible? ¿sus prestaciones serán inferiores? ¿durarán lo mismo los motores? ¿se averiarán más? ¿además de una indemnización, los propietarios querrán que el vehículo les sea recomprado?. Buenas preguntas que seguramente salgan en breve a la luz a medida que el caso siga su curso. Tampoco se deberían descartar multas de otras agencias de otros países o de la Unión Europea si sus legislaciones lo contemplan como posible.

Desconozco exactamente qué parte de la capitalización de VW es atribuible a su reputación corporativa, pero se calculará más adelante cuánto ha bajado esa reputación tanto en posiciones en los rankings como en euros. En la actualidad el Grupo VW es la segunda marca en reputación de Alemania y la catorceava a nivel mundial según el índice Reptrak del Reputation Institute. Esa reputación sin duda recibirá un gran varapalo por la pérdida de confianza que no sólo sus actuales clientes sino toda la sociedad experimentará por un fraude de este calibre. Seguramente hubiera sido peor para VW que el escándalo en lugar de tener consecuencias directas medioambientales e indirectamente en la salud de las personas, éstas hubieran sido accidentes con resultado de muerte tanto de usuarios del vehículo como de terceros implicados, ya que creo que en general la sociedad percibe las muertes directas como consecuencias más graves. Y probablemente no sólo se va a ver afectada VW de esa pérdida de confianza y reputación, sino que es posible que también el sector de la automoción en general se resienta, y hasta incluso lo que podríamos calificar de “marca Alemania” (no sólo en lo concerniente a sus vehículos sean de la marca que sean), ya que VW es una de las grandes industrias del país, y un estandarte de su tecnología y de su modo de trabajar. Esa disminución en la reputación hará que la capitalización de VW sea inferior y también que su facturación baje de manera ostensible, sobre todo por las ventas no realizadas a potenciales clientes, entre los que se contarán especialmente los concienciados con el medio ambiente, la sostenibilidad y la RSC.

Otra de las consecuencias que va a tener este fraude es el impacto que la contaminación de esos vehículos que no han cumplido con la legalidad en cuanto a emisiones contaminantes ha tenido en el medio ambiente y en la salud de las personas. Seguro que, cuando se sepa el número total de vehículos implicados y de una manera más precisa cuánto contaminaban “de más”, se harán los cálculos pertinentes. Pero si partimos de la base que los vehículos estaban emitiendo supuestamente entre 10 y 40 veces más contaminantes de lo permitido, podemos hacernos a la idea de que el impacto será importante aunque acaben siendo sólo 11 millones de vehículos. ¿Se presentarán denuncias de entidades, ONG’s, colectivos de enfermos, etc. contra VW basándose en ese impacto medioambiental? No lo descartaría lo más mínimo.

Como última consecuencia a destacar, creo ineludible destacar que si todo lo anterior sucede, obviamente quienes también van a verse afectados es uno de los principales grupos de interés de cualquier empresa, y que no es otro que los trabajadores de VW. Si las ventas bajan, se fabrican menos coches, son necesarios menos turnos, menos trabajadores, menos transportistas, menos vendedores, etc. . La ecuación está clara. Lamentablemente este escándalo se llevará por delante el empleo de mucha gente.

Para finalizar, es conveniente comentar que no es desde luego el primer fraude o escándalo en la industria del automóvil, ni seguro que será el último. Por poner otro ejemplo, Toyota tuvo problemas de seguridad en 2009 que llevaron a la muerte de personas por problemas en los vehículos que eran conocidos de antemano, lo cual junto a otros problemas posteriores dejaron muy mal la reputación de la empresa japonesa.

En ambos casos, los problemas son causados por decisiones totalmente fuera de la ética, y que demuestran que más allá de culturas y maneras de pensar, la picaresca y la falta de responsabilidad, rigor y transparencia se puede dar en todas partes. Porque dejándonos llevar por los típicos esterotipos… ¿quién diría que empresas alemanas o japonesas se dedican a hacer trampas como si fueran las empresas del sur de Europa a las que las primeras miran muchas veces con desdén y por encima del hombro?

En fin, y dicho justo un día como hoy que ha sido escogido como “Día mundial sin coches”, esperemos que la situación se solvente de la mejor manera para todas las partes afectadas, que los responsables rindan cuentas de sus acciones y que otras organizaciones tomen buena cuenta del ejemplo que no hay que seguir.

Estándar

11 comentarios en “El escándalo Volkswagen y sus repercusiones.

  1. Pingback: ¿Le ha salido gratis el dieselgate a Volkswagen? | El blog de Albert Vilariño

  2. Pingback: Otro año más de blog. | El blog de Albert Vilariño

  3. Pingback: Los fabricantes aceleran el coche eléctrico con el dieselgate en el retrovisor. | El blog de Albert Vilariño

  4. Pingback: De cárteles, oligopolios y fraudes al consumidor. | El blog de Albert Vilariño

  5. Pingback: El Dieselgate de Volkswagen, medio año después. | El blog de Albert Vilariño

  6. Pingback: ¿Qué es la ceguera ética y por qué se produce? | El blog de Albert Vilariño

  7. Pingback: Un año en el blog. | El blog de Albert Vilariño

  8. Pingback: El cambio climático es un problema social. | El blog de Albert Vilariño

  9. Pingback: Reputación y gestión de crisis - AcompañaAcompaña

  10. jordi_morrós dijo:

    Sin duda las empresas son muy sensibles al tema de la reputación ya que es un intangible con efectos bastante tangibles en sus cuenta de resultados. A largo plazo el problema puede ser si la sostenibilidad y la responsabilidad social quedan convertidas solo en una cuestión de reputación y por lo tanto de influencia unidireccional de las empresas sobre sus grupos de interés más críticos.

    Me gusta

  11. Pingback: Volskwagen la ha cagado totalmente. Aprendamos algo de ellos. | El blog de Encarni Rodríguez

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.