La economía circular todavía debe vencer muchas reticencias, problemas y barreras de diferente índole para poder convertirse en un sistema de amplia adopción.
Mucho se ha hablado de la economía circular últimamente, pero no está de más refrescar el concepto. Por economía circular se entiende un sistema económico que maximiza la reutilización de productos y materias primas, y reduce al mínimo su devaluación.
Este sistema difiere del sistema lineal actual, donde se utilizan las materias primas para la fabricación de productos que son destruidos al final de sus vidas útiles.
El sistema circular tiene dos ciclos de materiales. Uno de ellos, el ciclo biológico, se centra en devolver los residuos de vuelta a la naturaleza de una manera segura. El segundo es el ciclo técnico, que tiene por objeto garantizar que los productos y sus componentes están diseñados y comercializados de una manera que permite que sean reutilizados con la más alta retención de calidad posible.
Estos ciclos pretenden maximizar la retención de valor económico. Por tanto se puede afirmar que el sistema es restaurador desde el punto de vista ecológico y económico.
La economía circular se basa en 3 principios fundamentales:
- Preservar y mejorar el capital natural controlando existencias finitas y equilibrando los flujos de recursos renovables.
- Optimizar el uso de los recursos rotando productos, componentes y materiales con la máxima utilidad en todo momento, tanto en los ciclos técnicos como en los biológicos.
- Fomentar la eficacia del sistema revelando y eliminando externalidades negativas.