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Cuando colaborar con la competencia es bueno para la sostenibilidad.

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Las empresas deben promover prácticas y colaboraciones innovadoras que tengan a la sostenibilidad como principal beneficiada.

La colaboración entre empresas en busca de beneficios comunes no es algo nuevo y podemos encontrar múltiples ejemplos de ello, tanto actuales como de hace un tiempo.

Esas iniciativas han sido realizadas de igual manera por empresas que no eran competencia directa y por otras que sí lo eran, y se han llevado a cabo por diferentes razones entre las cuales están el desarrollo de nuevos productos, el aprovechamiento de sinergias, la creación y compartición de conocimiento, la reducción de costes de desarrollo, la reducción de tiempo para lanzar un producto o servicio, etc.

Aunque son pocas aún las colaboraciones llevadas a cabo entre organizaciones competidoras con una finalidad meramente de avance en sostenibilidad, a continuación se exponen algunos ejemplos de esas iniciativas que sí se han realizado con la sostenibilidad en mente.

 

El esfuerzo compartido dentro de la industria textil.

El sector textil es uno de los más dados a colaborar a favor de la sostenibilidad.

En 2011, Greenpeace identificó a los fabricantes de textiles en China como losprincipales contaminadores mediante productos químicos peligrosos.

La ONG escribió cartas a grandes marcas de moda multinacionales que estaban subcontratando su producción a estas plantas contaminantes, desafiándoles a “desintoxicar” su proceso de fabricación.

Los principales actores en las industrias de ropa y calzado unieron sus fuerzas para establecer la Zero Discharge of Hazardous Chemicals (ZDHC), incluyendo en su grupo inicial a empresas como Adidas Group, C&A, G-Star Raw, H&M, Levis Strauss, Nike o Puma.

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La cadena de valor, cada vez más importante en la gestión responsable.

Diferentes guías han sido publicadas en los últimos meses para facilitar la tarea de gestionar la cadena de suministro de una manera más responsable y sostenible.

Una gestión cada vez más necesaria y que requiere de una atención especial por parte de las empresas debido a su complejidad en algunas ocasiones.

Como se puede ver en el último informe con las principales conclusiones sobre el reporting realizado por las organizaciones adheridas a la Red Española del Pacto Mundial, el 89% de las empresas consideran a sus proveedores como grupos de interés significativos para su actividad, lo cual indica la importancia que la cadena de valor tiene en las organizaciones socialmente responsables.

Las empresas que lo necesiten tienen diferentes herramientas en las que apoyarse para gestionar responsablemente su cadena de suministro, como se puede ver a continuación.

 

ISO 20400 para la integración de la compra sostenible

Tras más de tres años de desarrollo, se ha lanzado recientemente la nueva ISO 20400 para la integración de la sostenibilidad en los procesos de compras.

Podría considerarse como una actualización de la norma BS 8903 en la que se tienen en cuenta nuevos conceptos como el análisis del ciclo de vida, la complicidad, la diligencia debida y el costo global.

Es una norma de orientación, por lo que no se puede realizar su certificación en las organizaciones, y sirve como complemento a la ISO 26000 de responsabilidad social que tampoco es certificable.

Tiene un esquema bastante similar a las demás ISO y en él destacan cuatro secciones:

  • Comprensión de los fundamentos en los que se basa la norma.
  • Integración de la sostenibilidad en las políticas y estrategias de compras.
  • Organización de la función de compras hacia un modelo sostenible.
  • Integración de la sostenibilidad en el proceso de compras.

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