La Responsabilidad Social Corporativa pierde buena parte de su relevancia si se realiza pero no se comunica, y su credibilidad si sucede todo lo contrario.
Hace unas semanas tratábamos en Compromiso Empresarial sobre si los consumidores somos realmente responsables socialmente y en el artículo se ponía de manifiesto que según los consumidores la información sobre la RSC de las empresas es difícil de encontrar, cosa que se corrobora en algunos informes que declaran que la comunicación de RSC tiene poca presencia y es muy técnica.
La comunicación de la RSC tienen una gran importancia en las organizaciones actuales pero pocas de ellas la implementan correctamente. Una comunicación de RSC que, como nos recuerda Jaime Alberto Orozco y Carme Ferré en su artículo de reflexión, no debe interpretarse “como una forma de relaciones públicas que permee directamente la imagen de marca y la reputación” ni tampoco como un mero “maquillaje corporativo”.
Informar a los grupos de interés sobre RSC no deja de ser un asunto más sobre el que debe reportar cualquier organización, pero al que a menudo se le presta poca atención, suponiendo que la organización lleve a cabo RSC realmente. No debemos perder de vista que, en este ámbito, el objetivo de las empresas ha de ser comunicar porque realmente se hace RSC, y no “hacer RSC” para tener algo que comunicar, o lo que es lo mismo, primero hacer el bien y después comunicarlo y no al revés.