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La compañía estadounidense con presencia en más de 630 ciudades en 77 países tiene a sus espaldas un buen número de escándalos y acciones poco responsables.
Con anterioridad en otro artículo de opinión hablé acerca de la necesidad de innovar responsablemente. Uber es un ejemplo de esa necesidad, pero no sólo en cuanto a la innovación en sí sino en cómo la empresa trabaja.
Está muy manido el dicho de que la RSC no tiene que ver con de qué manera se gasta una empresa sus beneficios sino en cómo los hace, pero obviamente sigue siendo real y estando totalmente vigente.
Uber, fundada en 2009, no ha destacado nunca especialmente por tener en su agenda el gestionar la empresa con responsabilidad ante ninguno de sus grupos de interés, y sí por crecer y obtener beneficios por delante de cualquier otra consideración y a cualquier precio.
A continuación mencionaré algunos de los comportamientos irresponsables más sonados de la empresa.
Los trabajadores, lejos de ser el activo más importante y cuidado.
El trato de Uber a sus empleados no se puede decir que sea el mejor.
Susan Fowler una ex ingeniero de la compañía, denunció haber sido acosada sexualmente en Uber por su jefe y cuando se quejó a RR.HH. sus quejas no fueron escuchadas y su jefe la amenazó con despedirla por dar a conocer la situación.