En las últimas semanas el cambio climático ha salido de nuevo a la palestra de los medios informativos. Hechos como la ola de calor que hemos soportado, las declaraciones del Papa Francisco sobre sostenibilidad o estudios sobre si la sociedad ve realmente al cambio climático como una amenaza, han contribuido a ese protagonismo.
El calentamiento global es un tema recurrente que normalmente no nos trae buenas noticias sino todo lo contrario. A pesar de que se suele poner el grito en el cielo cuando aparecen esas noticias, poco o nada parece que se haga para cambiar la situación de manera decidida. Además, es un tema que genera grandes debates en cuanto a si tiene causas naturales o está causado por la actividad humana, lo cual dificulta aún más que se tome en serio por parte de algunos sectores.
Partiendo de la base de que considero que estamos viviendo un cambio climático causado por la actividad humana y que, por espacio disponible y finalidad de este artículo, no es el momento de debatir ese hecho, creo conveniente discutir si aún estamos a tiempo de evitar sus consecuencias más devastadoras y si todos los actores de la sociedad están dispuestos a ello.
De todas maneras, para los más escépticos y a modo de resumen, les invito a conocer los resultados gráficos de un estudio del Instituto Goddard para Estudios del Espacio (GISS) de la NASA, en los que se compara el calentamiento teórico del planeta que debería estar motivado por causas naturales y el que se está dando realmente.
¿Estamos todavía a tiempo de detener el cambio climático?
Lamentablemente, no. Sólo podemos hacer, por ahora, que no llegue a unos niveles límite que hagan que nuestra vida en la Tierra sea bastante complicada.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado en 1988 con la finalidad de proporcionar evaluaciones integrales del estado de los conocimientos científicos, técnicos y socioeconómicos sobre el cambio climático. Según su último Informe de Evaluación de 2014, la temperatura de la superficie terrestre aumentará durante el siglo XXI teniendo en cuenta todos los escenarios de emisiones posibles, padeceremos olas de calor más largas y frecuentes, las precipitaciones extremas serán más intensas y frecuentes en muchas regiones, y los océanos continuarán calentándose y acidificándose y el nivel de sus aguas será más elevado. Muchos de esos efectos ocurrirían incluso si todas las emisiones de gases de efecto invernadero se detuvieran hoy mismo y, sin unos mayores esfuerzos en mitigación de los que se hacen en la actualidad, el calentamiento para finales de este siglo tendrá muy severos e irreversibles impactos de manera global.
Nota: Artículo inicialmente publicado en Compromiso Empresarial. Para seguir leyendo clique aquí.
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