Photo by Esther Wechsler on Unsplash
Aunque desgraciadamente todavía a nuestro alrededor más inmediato hay demasiadas personas que pasan hambre, la mayoría de los habitantes del primer mundo estamos acostumbrados a no preocuparnos mucho por qué llevarnos a la boca.
Tenemos comida variada y en abundancia a nuestro alcance y generalmente a un precio asequible si no nos damos lujos.
Tanta facilidad para obtener comida hace que una gran parte de la sociedad no esté realmente concienciada sobre el desperdicio alimenticio y no lo vea como un grave problema a resolver. Y sí es un gran problema.
La alimentación forma parte de la primera jerarquía de las necesidades humanas en la pirámide de Maslow, las llamadas primordiales, y alcanzar una cobertura de esas necesidades a nivel global no es desde luego algo sencillo, y mucho menos lo será en un futuro próximo con el aumento de la población del planeta que llevará a los sistemas naturales al límite.
Se estima que para 2050 la producción de alimentos tendrá que haber aumentado en un 60% sobre los niveles de 2005 para alimentar a la creciente población mundial.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que «aproximadamente un tercio de las partes comestibles de los alimentos producidos para el consumo humano se pierden o desperdician a nivel mundial, lo que equivale a aproximadamente 1.300 millones de toneladas por año«.
Lo anterior incluye alrededor del 45% de todas las frutas y verduras, el 35% de pescados y mariscos, el 30% de cereales, el 20% de productos lácteos y el 20% de carne.
Sin ir más lejos, nada más y nada menos que el 30% de la superficie agrícola del mundo se utiliza para producir alimentos que se acabarán desperdiciando.
Si la cantidad de alimentos desperdiciados en todo el mundo se redujera en solo un 25%, habría alimentos suficientes para alimentar a todas las personas que están desnutridas, según la ONU.
Unas cifras y porcentajes que son generalmente desconocidos por el gran público, y que son realmente preocupantes.
¿Dónde y por qué se pierde la comida?
La comida se desaprovecha o se pierde en los diferentes procesos de la cadena de valor como son la producción, manipulación y almacenamiento, procesado, distribución y venta, y finalmente en el consumo.
Perono se pierde de igual manera según si nos encontramos en una situación geográfica u otra.
Podemos decir que cuanto más desarrollado está un país más cerca de la mano del consumidor se pierde la comida, mientras que en países en menor grado de desarrollo se pierde en actividades alejadas del consumidor.
Es decir, en el primer mundo los procesos de cultivo, producción, manipulación y procesado están más desarrollados que en países menos desarrollados que tienen pérdidas importantes de producción en esos procesos.
Y en el primer mundo desperdiciamos alimentos por cosas simples y tan evitables como comprar comida de más que no se acaba utilizando y se pone mala, por descartar la compra de comida que no tiene unos cánones estéticos en línea con lo que nos han metido en la cabeza que es un alimento sano y apetecible, por poner un par de ejemplos dependientes del consumidor.
En países poco desarrollados no están por exquisiteces de si la comida tiene un mejor o peor aspecto estético para consumirla. Ni tampoco, debido a las dificultades de acceder a ella en comparación con el primer mundo, dejan que se ponga mala ni la tiran a la basura tan alegremente como hacemos nosotros.
Nota: Artículo inicialmente publicado en Compromiso Empresarial. Para seguir leyendo clique aquí.