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La pregunta de si el pensamiento circular transformará el panorama industrial europeo, modificará el comportamiento del consumidor y desencadenará una ola de innovación tecnológica y de modelo de negocio, está aún por responder.
La economía circular solo cumplirá con las grandes esperanzas que hay depositadas en ella si las empresas comienzan a adoptarla estratégica y operativamente, si los gobiernos comienzan a establecer un conjunto coherente de reglas, y si a través de ambas cosas se generan las sinergias adecuadas.
Lo anterior lo afirman Martin Stuchtey y Stef Kranendijk, Copresidentes del Grupo de Trabajo del Centre for European Policy Studies(CEPS) en el informe “The Role of Business in the Circular Economy Markets, processes and enabling policies”.
Si bien hay un impulso en torno al concepto de economía circular, la transición a un nuevo sistema económico enfrenta muchos desafíos y no ocurrirá de la noche a la mañana.
Requerirá una regulación diferente y nuevos modelos de negocios para, en última instancia, fomentar nuevos patrones de consumo y producción, y un nuevo panorama industrial.
Lograr una transformación industrial a gran escala, tal como lo prevé la U.E., demandará un apoyo continuo y una combinación de intervenciones políticas bien diseñadas para eliminar las barreras a la circularidad, hacer que sea rentable y, por lo tanto, proporcionar el terreno para nuevos modelos de negocio e innovación empresarial.
En este contexto, el CEPS reunió a un Grupo de Trabajo compuesto por representantes de las principales empresas multinacionales en Europa, así como por altos ejecutivos de asociaciones empresariales, organizaciones no gubernamentales e institutos de investigación.
El informe del CEPS comienza con las prioridades establecidas en el Paquete de Economía Circular de la UE, pero va más allá identificando áreas clave que pueden desencadenar los cambios necesarios en los próximos años, analizando una serie de áreas políticas de acuerdo con su impacto real y potencial en la circularidad e identificando formas de avanzar.
A continuación comentaremos algunas de las recomendaciones del informe.
La estrategia, como siempre, fundamental.
La base para establecer objetivos claros respaldados por una combinación coherente de políticas debería venir dada por la Comisión Europea, a través del establecimiento de una visión bien definida del concepto de economía circular y sus diversos dominios y sectores de política relacionados.
La Comisión Europea jugaría un papel clave para garantizar que las políticas relacionadas con la economía circular y otros dominios políticos importantes, como la bioeconomía y el Mercado Único Digital, sean consistentes.
A su vez, los gobiernos europeos deberían adoptar un enfoque más sistémico para la gestión de recursos que vaya más allá de las políticas de residuos tradicionales y las estrechas perspectivas de final de vida. También deben aprovecharse las sinergias con diversas políticas que pueden caer bajo los auspicios de diferentes ministerios.
Ecodiseño y responsabilidad extendida del fabricante.
Para poder continuar y acelerar el proceso de establecimiento de requisitos de diseño de economía circular para diferentes grupos de productos, todos los requisitos de diseño introducidos en la legislación de la U.E. tendrían que ser verificables, flexibles y vinculados con los impactos del ciclo de vida de los productos.
Si se establecen requisitos de información horizontales y/o por grupo de productos (por ejemplo, sobre reparabilidad, durabilidad y ciertas sustancias) se podrá preparar el terreno para establecer requisitos de diseño de economía circular más específicos.
Nota: Artículo inicialmente publicado en Compromiso Empresarial. Para seguir leyendo clique aquí.