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Las migraciones debidas a las consecuencias del cambio climático van a más y se convertirán en un asunto aún más grave en los años venideros.
Obviamente, los desplazamientos de poblaciones no son algo nuevo y ha ocurrido a lo largo de la historia y por diversas razones. Algunas poblaciones son desplazadas, o mejor dicho obligadas a mudarse, debido a conflictos y persecución, eventos de peligro natural como inundaciones o desastres en cascada como la hambruna influenciada por la sequía, y otras optan por migrar de forma temporal o permanente en busca de mejores condiciones económicas.
Pero son las migraciones por causas climáticas las que están aumentando y las que se ven como uno de los principales riesgos a para nuestro planeta y nuestra sociedad.
No en vano, en el último informe sobre riesgos globales del Foro Económico Mundial, las migraciones involuntarias a gran escala se sitúan como el quinto riesgo global en términos de ocurrencia y el noveno en términos de impacto.
El riesgo señalado por el Foro no sólo tiene en cuenta desplazamientos climáticos sino también por guerras u otras causas, pero su posición en la tabla nos debe hacer ver que es algo a tomarse muy en cuenta.
Incluso teniendo en cuenta un bajo aumento de temperatura del planeta, millones de personas posiblemente no podrán mantener las actividades de su vida diaria durante los períodos cálidos de cada año en sus áreas de origen, sobretodo en los países de ingresos bajos y medianos pero también en los países desarrollados.
En este contexto, es importante prever flujos de migración potencialmente remodelados y crecientes y desarrollar estrategias de gestión de la migración para responder a tales desafíos.
Causas de migración debido al clima y factores ambientales.
Dentro del amplio espectro que representa este tipo de migración, podemos establecer que la mayoría de los desplazamientos de las personas son internos (es decir, dentro de su mismo país) y que tienen tres causas principales, según el informe “Climate change, migration and displacement” publicado por Greenpeace.
La primera de las causas son los desastres naturales repentinos como inundaciones, tormentas, deslizamientos de tierra e incendios forestales y de matorrales.
Los científicos climáticos han identificado una conexión entre el calentamiento global y la frecuencia y la creciente intensidad de las precipitaciones, así como los cambios en los patrones de precipitación.
Durante la segunda mitad del siglo XX, muchas regiones ya experimentaron estos aumentos y cambios en las precipitaciones en forma de inundaciones severas y deslizamientos de tierra húmedos.
Las estimaciones del Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC) al respecto del número de personas desplazadas por desastres naturales repentinos son alarmantes.
Las estadísticas compiladas por el IDMC entre 2008 y 2015 muestran que un promedio de 25,4 millones de personas fueron desplazadas por desastres naturales cada año, una cifra que representa más del doble del número de personas desplazadas debido a conflictos y violencia.
La segunda causa principal es el aumento del nivel del mar, la sequía, el calor intenso y la degradación del suelo.
Nota: Artículo inicialmente publicado en Compromiso Empresarial. Para seguir leyendo clique aquí.