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Cerremos la brecha de género.


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Karl Magnuson on Unsplash

 

La brecha de género es una de las mayores muestras de desigualdad en el mundo empresarial. Una desigualdad que, si bien poco a poco se va cerrando, necesita todavía de muchos cambios para que sea algo del pasado.

Seguramente todos a estas alturas conocemos el dato de que los sueldos de las mujeres en España son entre un 23,25% (según U.G.T.)  y un 35% (según Eurostat) más bajos que los de los hombres, y que a nivel mundial se calcula que la equiparación salarial entre hombres y mujeres llegará en aproximadamente 170 años.

No sólo se trata de desigualdad en cuanto a salarios, sino que también existe la desigualdad a la hora de acceder a puestos de trabajo o de recibir promociones dentro de las organizaciones.

Cómo se perciben estas brechas de género es también objeto de desigualdad si quien opina es un hombre o una mujer. Una muestra de esto se deduce del estudio “Women in the Workplace 2017” realizado por McKinsey & Co. y LeanIn.org, según el cual la mayoría de los hombres cree que el sesgo de género en el lugar de trabajo es menos frecuente e importante de lo que realmente es.

El informe muestra que casi la mitad de los hombres piensa que las mujeres están bien representadas entre las categorías laborales superiores de las empresas, aunque en promedio, solo uno de cada diez líderes sénior es mujer. Mientras, sólo un tercio de las mujeres coincide con esa manera de ver la situación.

Como vemos, diferentes visiones y sensibilidades ante una única realidad.

 

Ventajas de la equidad de género en las empresas.

Aunque la simple oportunidad de ofrecer una igualdad de trato y de oportunidades para sus trabajadores debería de ser suficiente razón, existen diferentes ventajas para las empresas en las que existe equidad de género.

Esa representación equitativa de género tiene efectos positivos, por ejemplo, en los procesos de toma de decisiones, en los que son necesarias diversas maneras de percibir e interpretar la realidad, formular los problemas y sus alternativas de decisión, la llegada a consensos y la definición de acciones a llevar a cabo.

El compromiso con la equidad de género ayuda a ubicar a las personas adecuadas en los roles correctos, y aquellas plantillas que sean más representativas en relación a su base de clientes estarán mejor situadas para comprender, conocer y anticipar sus necesidades.

Así mismo, la capacidad de una empresa para reclutar, avanzar, y retener el talento clave, incluidas las mujeres, está indisolublemente ligada a su sostenibilidad a largo plazo.

Derivado de todo lo anterior, la pluralidad en la gestión de las organizaciones provoca, de una manera que podríamos calificar de natural, que las empresas que tienen más mujeres en puestos directivos sean más rentables, tal y como indican algunos estudios.

Por ejemplo, el estudio “Is Gender Diversity Profitable? Evidence from a Global Survey” del Peterson Institute for International Economics, realizado sobre una muestra de casi 22.000 empresas de 91 países, advierte que las compañías con una presencia de mujeres de al menos un 30% de en altos puestos directivos tienen un 15% más de beneficios que aquellas que no las tienen. ¡Y estamos hablando de sólo un 30% de participación! ¿Qué pasaría si fuera un 50%?

En definitiva, la equidad de género genera riqueza y beneficios en la gestión de las organizaciones.

 

Nota: Artículo inicialmente publicado en Compromiso Empresarial. Para seguir leyendo clique aquí.

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2 comentarios en “Cerremos la brecha de género.

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