En la vida una de las más grandes fuentes de decepción y frustración es la diferencia entre expectativas y realidad, y la RSC, la sostenibilidad y los propósitos de las empresas no son ajenas a esta situación.
En ocasiones asumimos que si algo nos ha decepcionado es porque quizá nuestras expectativas eran demasiado altas y otras veces pensamos que nuestras expectativas no eran elevadas pero aquello que esperábamos, la realidad, realmente ha dejado mucho que desear.
En el caso que nos ocupa hoy, la frustración proviene principalmente de los desajustes en las percepciones que tienen las organizaciones sobre lo que sus grupos de interés esperan y solicitan, lo cual nos recuerda de nuevo la necesidad de realizar un adecuado diálogo con los grupos de interés como indicábamos en otro artículo (El diálogo con los grupos de interés: espacio para la mejora).
En el evento Sustainable Brands celebrado en San Diego este año, hubo una interesante charla sobre cuáles son los principales desajustes en las percepciones alrededor del propósito de las organizaciones cuando se comparan con las que tienen diferentes grupos de interés.
A continuación podemos observar cuáles son esos gaps de las empresas con los inversores y consumidores y también entre sus ejecutivos y empleados.
Las empresas hablan en Powerpoint y los inversores lo hacen en Excel.
Todos conocemos de manera directa o indirecta la típica frase del clásico Director Financiero de que “todo lo relativo a la RSC y la sostenibilidad está muy bien y es muy bonito pero que los inversores no están preocupados ello sino por los resultados”.
Todo ello siguiendo la doctrina de Friedman de que el propósito de un negocio es incrementar las ganancias de los accionistas, y que eso es así porque “esa es la manera en la que funciona el mundo”.
En general esto ocurre porque la visión de los accionistas es cortoplacista mientras que la sostenibilidad si está correctamente diseñada está planeada a largo plazo.
Pero estudios como el “Investing for a sustainable future: Investors Care More About Sustainability than Many Executives Believe” del MIT Sloan Management Review indican que el 75% de los encuestados creen que el desempeño en sostenibilidad es relevante a la hora de tomar decisiones sobre sus inversiones, y que el 60% se desharía de sus acciones de empresas que tuvieran un desempeño pobre en ese aspecto.
También el estudio revela que existe una gran desconexión entre las empresas y los inversores en cuanto a la información sobre sostenibilidad que los éstos piden a las empresas, ya que un 90% de ellos está interesado en esos datos, y la que las empresas realmente ofrecen, porque sólo un 54% de las empresas tienen la sensación de que esa información es requerida y tenida en cuenta por los inversores.
Tampoco los profesionales de esas empresas que se dedican a las relaciones con los inversores son conscientes de esa necesidad de información.
Sólo el 24% cree que la sostenibilidad es importante para los accionistas. De esta situación se extrae que quizá la función de la empresa que se dedica a realizar esta gestión puede ser la menos preparada para ello.
Los inversores necesitan información sobre sostenibilidad pero no tanto a nivel de storytelling y narrativas diversas sino que están más preocupados por otras cosas.
Quieren datos y números y se enfocan en información que les sirva para realizar análisis, usar algoritmos y obtener cierta predictibilidad.
Y se interesan sobre todo por la eficiencia, la gestión responsable de los riesgos empresariales y el crecimiento.
Nota: Artículo inicialmente publicado en Compromiso Empresarial. Para seguir leyendo clique aquí.