Hace unas semanas tratábamos en el artículo “La compra responsable: temas de interés, peligros y beneficios” la necesidad de tener en cuenta la RSC dentro de la cadena de suministro o cadena de valor.
Hoy vamos a seguir con el tema y comentar otros aspectos relativos como son cuál el estado general de las cadenas de suministro en países en desarrollo, cuáles son las tendencias que marcarán el medio y largo plazo, y a qué guías podemos acudir a la hora de implantar la compra responsable en una empresa.
¿Cuál es el estado general de las cadenas de suministro?
Dentro de las herramientas existentes para llevar a cabo una gestión responsable podemos contar con las auditorías sociales, que aplicadas a la cadena de suministro serían las evaluaciones llevadas a cabo en la fábrica del proveedor en las que se evalúa el desempeño del proveedor en lo que se refiere a las políticas y código de conducta del comprador.
Pero son una herramienta no exenta de críticas, sobretodo cuando las empresas que compran son grandes empresas multinacionales que externalizan o subcontratan su producción de bienes en a proveedores low-cost de países en vías de desarrollo a los que se compra en grandes volúmenes.
El informe “Ethical Audits and the Supply Chains of Global Corporations” llevado a cabo por el Sheffield Political Economy Research Institute (SPERI) de la Sheffield University nos explica de manera resumida cómo se ha producido en el tiempo la adopción de las auditorías sociales.
Además, a través de 25 entrevistas (en el período 2012-14) con auditores éticos, ejecutivos de negocios, ONG y las empresas proveedoras de Norteamérica, Reino Unido y China, así como visitas a fábricas en el delta del río Perla en la región de China, nos dibuja cuál es la efectividad de las auditorías que se llevan a cabo.
En las entrevistas se pone de relieve cómo el engaño en las auditorías está muy extendido y es además conocido por corporaciones.
Algunas de sus conclusiones al respecto son:
- Los entrevistados explicaron cómo decisiones sobre la programación de auditoría, tales como época del año, frecuencia, y si se trata de una auditoría anunciada o sorpresa, afectan significativamente a los resultados. Las auditorías pre-anunciadas permiten a los proveedores, entre otras cosas, falsificar registros y deshacerse de contratistas de agencias no autorizadas o de trabajadores explotados en sus instalaciones mientras duran las auditorías.
- Las empresas controlan la profundidad de las auditorías de la cadena de suministro que se llevan a cabo. Un auditor les dijo: «Vamos a auditar en la medida y hasta allí donde quiera llegar la empresa«.
- Muchas empresas diseñan programas de auditoría que sólo inspeccionan los proveedores de nivel 1 en los se realiza el montaje final de los productos. Al centrarse en esos proveedores de nivel 1, la mayoría de las auditorías tienden a excluir a las agencias de empleo y subcontratistas más abajo en la cadena de suministro en actividades de bajo valor tales como la recolección, procesamiento, teñido y la minería. Las evidencias de las industrias de alimentos, ropa y otras indican que los trabajadores más explotados tienden a encontrarse en lugares con acuerdos de subcontratación complejos.
- Los auditores pueden inspeccionar por lo general sólo las áreas que los proveedores eligen para mostrarles y a menudo sólo pueden de hablar con los trabajadores que llegan a ver. Debido a que la mayoría de las auditorías se anuncian, o al menos se semi-anuncian, en las fábricas tienen la oportunidad de decir a sus trabajadores lo que deben decir.
- La mayoría de las empresas de auditoría no tienen competencias de investigación y por lo tanto tienen una capacidad limitada para verificar que la información que se les presenta, ya sea sobre las condiciones de seguridad, los contratos o las normas ambientales, es precisa.
- La producción para múltiples minoristas a menudo se lleva a cabo en la misma fábrica, lo que significa que a lo largo de un año las fábricas pueden hacer frente a diversos equipos de auditoría, todo ello con diferentes normas y procedimientos. Como resultado, algunos proveedores contratan a ex auditores como consultores para ayudarles a cumplir y superar un sistema de múltiples auditorías.
- Aumenta el número de fábricas en las que han sucedido catástrofes tras haber pasado auditorías exitosas.
- Dentro del mundo del Social Compliance, existe cada vez más el sentimiento de que las auditorías no sirven para lograr el cambio dentro de las organizaciones, de que las auditorías son una herramienta de diagnóstico que no soluciona las cosas, y que el hecho de que se audite una fábrica muchas veces no significa que vaya a mejorar.
- Los auditores están obligados por rígidas cláusulas de confidencialidad con sus clientes, con pleno ejercicio de discreción acerca de qué información de auditoría se informa. La información sobre abusos e incumplimientos rara vez se pone a disposición de los gobiernos o de los consumidores y, por tanto, rara vez se resuelven.
- Los auditores normalmente ofrecen consejos para ayudar a las fábricas a preparar planes de acción para abordar los incumplimientos hallados. Sin embargo, los auditores no tienen ninguna influencia sobre las eventuales decisiones de negocio de una empresa, sus consejos pueden ser ignorados y no existe una rendición de cuentas externa para los planes de acción.
- Las auditorías suelen tratar las preocupaciones sociales por separado de las ambientales. Esta división permite a las empresas a trabajar para (y para poner de relieve) las mejoras en una sola esfera (suele ser el medio ambiente) permitiendo al mismo tiempo que los problemas sociales persistan o incluso empeoren.
Como podemos comprobar en base a lo leído, puede ser bastante complicado conocer desde fuera el estado real de la sostenibilidad de la cadena de suministros de una empresa con proveedores en según qué países.
Tendencias de futuro.
El informe “La RSE en la cadena de suministro de las grandes empresas españolas” realizado por Ecodes nos indica cuáles son las tendencias a medio y largo plazo para las Pymes en cuanto a sus cadenas de suministro.
Entre estas tendencias encontramos:
- Veremos una evolución en la sofisticación de las presiones de RSC sobre las cadenas de suministro de las grandes empresas, desde exigencias en el análisis del ciclo de vida y huella de carbono de productos pasando por la colaboración con stakeholders externos y la verificación externa del cumplimiento de los estándares RSC en la cadena de suministro.
- Un fuerte impulso del traslado de obligaciones en materia de RSC a la largo de la cadena de suministro, especialmente de las grandes empresas a sus proveedores, puede venir de los tribunales mediante la determinación de la responsabilidad subsidiaria en donde socios en una transacción comercial son responsables de la conducta del otro en negocios conjuntos.
- Las campañas de denuncia de las ONG irán en aumento en los próximos años y sus efectos serán más impredecibles debido a grandes avances en las tecnologías de información y comunicación y la consolidación de las redes sociales como mecanismo de comunicación y amplificación de mensajes, lo cual hará que las grandes empresas multinacionales sean más vulnerables.
- Asistiremos a un paulatino crecimiento de las exigencias para asegurar la trazabilidad de productos, especialmente esos que provienen de zonas con un valor ambiental importante. Esta tendencia refleja el interés y la creciente preocupación desde distintos sectores de la sociedad por conocer y valorar los impactos de los productos en todas sus dimensiones y vendrá impulsado en buen grado por el aumento gradual pero significativo de consumidores que desean tener información sobre la procedencia de los productos.
- La presión regulatoria en relación a la RSC así como temas ambientales y climáticos irá en aumento en Europa en los próximos años.
- En el futuro próximo, todas las funciones de una empresa serán cada vez más coordinadas para garantizar la orientación estratégica que es necesaria para lograr la integración de consideraciones de sostenibilidad en la cadena de suministro, por lo que los temas relacionados con la RSC en la cadena de suministro no serán sólo asunto de los gerentes de logística y los jefes de compras, sino también de los responsables de I+D+i y de marketing entre otros.
Llegados a este punto, tras la lectura de este y del anterior artículo relacionado, queda clara la importancia y necesidad (tanto actual como futura) de que las empresas realicen prácticas responsables y sostenibles en toda su cadena de valor y no sólo en aquellas actividades que realizan de una manera directa.
Para esas empresas que todavía tienen esa asignatura pendiente existen diferentes guías publicadas que les pueden ayudar en el proceso y que mencionaremos a continuación.
¿Cómo implantar en una empresa un sistema de compra responsable?
La Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas en su documento “La empresa y su cadena de suministro: una alternativa de gestión” propone una guía para la gestión responsable de la cadena de suministro.
Las cuatro grandes fases para la implantación de la gestión responsable según esa guía son el diagnóstico (a través de cuestionarios, sistemas externos de clasificación y códigos de conducta), la planificación conjunta e implantación de una estrategia (en la que tienen importancia la comunicación fluida, el apoyo económico y la formación a los proveedores), la supervisión de la cadena de suministro (mediante visitas a las plantas y auditorías externas) y la toma de decisiones en el desarrollo de las relaciones (principalmente incentivando a los proveedores que cumplen los objetivos y rescindiendo el contrato a los que no los cumplen).
Otro documento interesante para implantar la compra responsable es “Creación de valor a través de la compra responsable”, publicado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad.
Esta publicación tiene como objetivo “poner de manifiesto las ventajas que reporta una adecuada gestión de la cadena de suministro desde el punto de vista de la responsabilidad corporativa hacia la creación de un modelo de compras responsable que, por un lado, reduzca riesgos y, por otro, genere nuevas oportunidades”.
Así mismo, se han analizado los procesos de compras que incorporan criterios de sostenibilidad en una muestra piloto de 15 grandes compañías y, fruto de este análisis y del trabajo conjunto del Consejo Asesor creado para la elaboración de la guía, se proponen una serie de recomendaciones a modo de hoja de ruta para la implementación de un modelo de compras responsable en la empresa.
La guía proporciona diversos ejemplos de cómo se implementa este tipo de gestión en empresas como Endesa, Cemex, Mahou San Miguel, Holcim España, Roche, o Iberdrola, entre otras.
Si buscamos guías o herramientas menos genéricas, es recomendable la lectura del artículo “Compras y sostenibilidad: hacia la norma ISO 20400” de Paloma Lemonche, en el que se menciona la guía británica BS 8903 y la ISO 20400 cuya publicación se prevé en breve.
Por último, hay que destacar el importante repositorio de información teórica y práctica disponible en la web “UN Global Compact Sustainable Supply Chains” del ya mencionado Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
Es una web diseñada para ayudar a integrar la sostenibilidad en las cadenas de suministro, proporcionando información y recursos que incluyen iniciativas, programas, códigos, normas, redes, recursos y herramientas, así como ejemplos de casos prácticos de empresas.
Pingback: ¿Cómo podemos incorporar los Derechos Humanos en las funciones clave de la empresa? | El blog de Albert Vilariño
Pingback: ISO 20400, una guía para la compra responsable. | El blog de Albert Vilariño