economía circular, riesgos, sostenibilidad, tendencias, transparencia

Transparencia en la movilidad eléctrica: cuenta atrás para el pasaporte de baterías

Foto de Kumpan Electric en Unsplash

En 2024, Volvo dio un paso clave hacia la transparencia en la movilidad eléctrica con el lanzamiento del primer pasaporte de baterías plenamente operativo e integrado en un modelo de producción en serie. Este documento digital, integrado en su SUV EX90 y accesible mediante un código QR, permite conocer diversos datos sobre la batería del vehículo. En la actualidad, la apuesta de Volvo no solo sigue vigente, sino que anticipa la trazabilidad obligatoria que exigirá la normativa europea a partir de 2027, marcando un antes y un después en la industria del automóvil.

A partir del 18 de febrero de 2027, cualquier comprador de un vehículo eléctrico (EV) en la UE podrá escanear el QR (impreso o grabado de forma visible en la batería, su embalaje o la documentación que la acompaña) y consultar datos como dónde se extrajo el cobalto y el litio de la batería, cuánta huella de carbono arrastra y cuántos ciclos de carga le quedan. 

La obligación nace en el artículo 77 del Reglamento (UE) 2023/1542, que convierte esa ficha técnica digital (el battery Passport) en requisito para todas las baterías de EV, micromovilidad y usos industriales de más de 2 kWh, con el QR como llave de acceso público y gratuito a la información.  

El primer pasaporte de baterías operativo fue desarrollado por Volvo junto a la startup británica Circulor. El sistema rastrea materias primas “de la mina al volante”, actualiza el estado de salud de la batería durante 15 años y cuesta unos 10 dólares por vehículo, desde casi tres años antes de que entre en vigor la norma europea. 

Para Bruselas, esta iniciativa será el campo de pruebas del futuro Digital Product Passport (DPP), la identidad digital que el Ecodesign for Sustainable Products Regulation (ESPR) extenderá a la mayoría de bienes de consumo antes de 2030.    

Seguir leyendo —>

Estándar
ética, cambio climático, confianza, derechos humanos, discapacidad, economía circular, innovación, rsc, sostenibilidad, tendencias, transparencia

El estándar “B” de impacto empresarial se reinventa en 2025

El pasado mes de abril, B Lab presentó la mayor puesta al día de su sello B Corp desde su creación en 2006. La revisión coincide con la consolidación de una comunidad que ya supera las 9.000 empresas en más de un centenar de países, todas empeñadas en demostrar que se puede hacer negocio generando un impacto social y ambiental tangible.

En 2006, tres emprendedores de Filadelfia dejaron el capital riesgo para crear B Lab, la organización sin ánimo de lucro que lanzaría un sello inédito: la Certificación B Corp, concebida para demostrar que una empresa genera valor social y ambiental al mismo tiempo que beneficios. 

Doce meses después se certificaron las primeras 82 compañías; desde entonces la comunidad ha crecido hasta reunir unas 9.000 empresas repartidas en 102 países y 160 sectores, con más de 930.000 trabajadores. Nombres conocidos como Patagonia, Ben & Jerry’s o Danone presumen hoy del logo “B” en sus productos, y miles de pymes lo emplean para diferenciarse ante clientes, inversores y talento.  

Ese éxito, sin embargo, trajo consigo tensiones. El estándar original se basaba en obtener al menos 80 de 200 puntos en la herramienta de evaluación de impacto. El sistema permitía concentrar buenas prácticas en un área (por ejemplo, clima) y, a cambio, mostrar un desempeño modesto en otra, como salarios o diversidad. 

A medida que la certificación atrajo a grandes multinacionales (casos polémicos como Nespresso o Evian), críticos y B Corps más pequeñas alertaron de que la flexibilidad generaba confusión entre consumidores y diluía el significado del sello. Al mismo tiempo, nuevas normas de transparencia (como la CSRD europea) y la presión de inversores que quieren métricas comparables subieron el listón de lo que se considera “buen impacto”.  

Con ese trasfondo, B Lab inició en 2020 un proceso de reforma que incluyó dos consultas públicas y 26 000 aportacionesde empresas, ONG y académicos. El resultado vio la luz el 8 de abril de 2025: un marco completamente rediseñado que deja atrás la lógica de puntos y exige que cada empresa demuestre mínimos verificables en siete grandes ámbitos de impacto. 

Seguir leyendo —>

Estándar
cambio climático, comunicación, confianza, economía circular, eventos, sostenibilidad, tendencias, transparencia

COP29 de Bakú: Avances climáticos entre promesas y críticas

Foto de The Climate Reality Project en Unsplash

La COP29 se ha celebrado en Bakú, Azerbaiyán, reuniendo a líderes de casi 200 países para abordar los desafíos globales del cambio climático. El evento ha dejado un balance mixto entre avances concretos y desafíos persistentes en la lucha contra el cambio climático.

La nueva edición de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ha tenido como eje central la financiación climática y el fortalecimiento de los compromisos internacionales para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, tal como se establece en el Acuerdo de París.

Esta COP ha llegado en un momento crucial, marcado por eventos climáticos extremos, como inundaciones, sequías y olas de calor, que han puesto de manifiesto la urgencia de implementar medidas más ambiciosas. 

Durante la cumbre, se han discutido temas críticos como la financiación climática para países en desarrollo, la implementación de mecanismos globales de mercados de carbono y el impacto de la transición energética en las economías globales.

En el transcurso de las negociaciones, los países han acordado un plan para triplicar la financiacióndestinada a los países en desarrollo, pero este compromiso ha generado reacciones mixtas, con algunos sectores aplaudiendo el avance y otros señalando que la cifra aún queda lejos de las necesidades reales. 

A lo largo del evento, la influencia de actores como la industria de combustibles fósiles también despertó críticas y cuestionamientos sobre el alcance real de las decisiones tomadas en Bakú.

Seguir leyendo –>

Estándar
cambio climático, compras, economía circular, innovación, sostenibilidad, tendencias

Moda y cambio climático: un vínculo que no se debe ignorar

Foto de freestocks en Unsplash

La industria de la moda se encuentra en el centro de una de las crisis más grandes de nuestra era: el cambio climático. El sector contribuye significativamente a las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), un factor clave en el calentamiento del planeta. De acuerdo con el informe “What Fuels Fashion?” realizado por la organización Fashion Revolution, si la industria de la moda continúa con su ritmo actual, podría superar el límite de 1.5°C de calentamiento establecido por el Acuerdo de París en un 50%, duplicando sus emisiones en lugar de reducirlas.

El uso de combustibles fósiles es uno de los principales motores de esta problemática. Desde la producción de fibras sintéticas hasta el uso de energía para teñir y fabricar prendas, los combustibles fósiles están presentes en cada paso de la cadena de suministro. Este enfoque intensivo en recursos no renovables genera un impacto ambiental devastador. Por ejemplo, el poliéster, uno de los materiales más usados, es responsable de una cantidad significativa de emisiones de CO2 debido a su dependencia del petróleo como materia prima.

Sin embargo, el problema no se limita solo a los materiales. El funcionamiento de las fábricas que producen estas prendas también depende de la energía generada por combustibles fósiles, como el carbón, que se utiliza en procesos de tintura y secado, lo que agrava aún más el problema. A pesar de los avances tecnológicos, gran parte de la industria sigue utilizando fuentes de energía no sostenibles, lo que retrasa los esfuerzos para reducir la huella de carbono.

El informe resalta que, para combatir el cambio climático, la industria de la moda debe tomar medidas drásticas y urgentes, aunque la mayoría de las marcas de moda aún no han establecido objetivos concretos para eliminar gradualmente los combustibles fósiles de sus procesos productivos. 

Seguir leyendo —>

Estándar
economía circular, sostenibilidad, tendencias

Nuevo reglamento de ecodiseño: Un paso más hacia la sostenibilidad en la UE

Desde el 18 de julio de 2024, la Unión Europea ha puesto en marcha el Reglamento sobre el diseño ecológico de productos sostenibles (ESPR), reemplazando la anterior Directiva 2009/125/CE. Esta nueva normativa introduce criterios más rigurosos y se aplica a una gama más amplia de productos, con el objetivo de establecer los productos sostenibles como la norma en el mercado europeo.

La Directiva 2009/125/CE, también conocida como la Directiva de Ecodiseño, estableció un marco normativo para mejorar el rendimiento ambiental de los productos que utilizan energía. Desde su implementación, esta directiva ha generado importantes beneficios tanto económicos como medioambientales. En 2021, se estima que la directiva ahorró a los consumidores europeos aproximadamente 120 mil millones de euros en energía y redujo el consumo anual de energía de los productos cubiertos en un 10%.

Los logros de la directiva 2009/125/CE destacan la eficacia de los marcos regulatorios para impulsar mejoras en la eficiencia energética y reducir el impacto ambiental de los productos. Sin embargo, la necesidad de abordar otros aspectos de sostenibilidad y expandir el enfoque más allá de los productos relacionados con la energía se volvió evidente con el tiempo.

El nuevo ESPR responde a esta necesidad emergente, ampliando el alcance de la regulaciónpara incluir una gama más diversa de productos y establecer requisitos más estrictos en cuanto a sostenibilidad. Esta nueva normativa está alineada con el Pacto Verde Europeo y el Plan de Acción para la Economía Circular (CEAP), reforzando el compromiso de la UE con una economía más sostenible y circular.

Seguir leyendo —>

Estándar
economía circular, sostenibilidad, tendencias

Raül Balam: cuando la alta cocina se une con la sostenibilidad

Foto de Fabrizio Magoni en Unsplash

La sostenibilidad en el mundo de la gastronomía trasciende la simple idea de cocinar con ingredientes locales o de temporada y se adentra en el corazón de cómo entendemos la relación entre nuestra alimentación, el medio ambiente y nuestra sociedad. Este enfoque integral se ha convertido en una misión para chefs y restauradores conscientes en todo el mundo.

La gastronomía sostenible se podría definir como la fusión del arte de preparar y degustar buena comida con el compromiso profundo hacia la sostenibilidad, implicando un consumo consciente y responsable que favorece la subsistencia de pequeños productores y beneficia tanto al medio ambiente como a la economía en general.

Para conocer de primera mano cómo se trabaja la gastronomía sostenible hemos conversado con el chef Raül Balam en el contexto de la primera conferencia TransPerfect Summit Series, celebrada en Barcelona por TransPerfect y la Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña (AFANOC), en la que líderes en sus respectivos campos como Balam comparten como integrar la responsabilidad social en el mundo de los negocios.

Seguir leyendo —>

Estándar
economía circular, rsc, sostenibilidad, tendencias

Los indicadores de transición, la vara de medir la circularidad de las empresas

Foto de Robert Bye en Unsplash

La economía circular se está convirtiendo, poco a poco, en un tema cada vez más central en el mundo empresarial actual. A medida que las empresas buscan formas de minimizar su impacto ambiental y maximizar la eficiencia de sus operaciones, la transición hacia una economía circular ha emergido como una estrategia clave. En lugar de seguir el tradicional modelo lineal de «tomar, hacer, desechar», una economía circular busca conservar los productos, componentes y materiales en su máximo valor y utilidad en todo momento.

Recientemente, el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) ha publicado una versión actualizada de los Indicadores de Transición Circular (CTI). Esta guía, que se encuentra en su cuarta versión, proporciona un marco para que las empresas puedan medir y rastrear su progreso hacia la economía circular en la cual los CTI actúan como una herramienta valiosa para las empresas que buscan entender y mejorar su desempeño en términos de circularidad. La publicación de los CTI forma parte del compromiso continuo del WBCSD con la promoción de la sostenibilidad en el mundo empresarial. 

En el contexto empresarial actual en el que las empresas están cada vez más expuestas a riesgos de mercado, operativos, legales y de negocio, y donde los modelos de negocio lineales están siendo cuestionados debido a la finitud de los recursos naturales y el creciente costo de las externalidades, las métricas de circularidad se están convirtiendo en algo esencial

Sigue leyendo
Estándar
economía circular, sostenibilidad, tendencias

¿Cómo lograr un mundo más circular? Tecnología, métrica y perspectiva social, los tres pilares

Photo by Volodymyr Hryshchenko on Unsplash

El primer informe sobre la brecha de la circularidad, presentado en enero de 2018 durante el Foro Económico Mundial de Davos, presentó la alarmante estadística de que la economía mundial era sólo un 9,1% circular (véase Solo el 9% de la economía es circular), una situación que no ha mejorado hasta la fecha.

Se acaba de presentar, por parte The Circle Economy,  la quinta edición del “The circularity gap report”, y esos cinco años de informes sobre la brecha de circularidad han revelado lo lineal que es nuestro mundo: en 2020 solo hemos devuelto al ciclo de producción el 8,6 % de lo que hemos usado, lo que deja una enorme brecha de circularidad de más del 90% y un empeoramiento de 0,5 puntos respecto a 2018.

Entre las Conferencias de Partes (COP) de París y Glasgow, la economía mundial ha  consumido más de medio billón de toneladas de materiales vírgenes, representando un 70% más de lo que la Tierra puede reponer anualmente.

Sigue leyendo
Estándar
cambio climático, economía circular, rsc, sostenibilidad, tendencias

¿Cómo  abordar la pérdida de biodiversidad mediante la economía circular?

Photo by Matt Seymour on Unsplash

La economía circular se ha convertido en un marco poderoso para detener la pérdida de biodiversidad mediante un cambio transformador en nuestra actual economía extractiva, derrochadora y contaminante.

Mientras el planeta se enfrenta a proyecciones de pérdida de más de un millón de especies en la próxima década, la biodiversidad ha pasado a ocupar un lugar destacado en la agenda mundial.

Más del 90% de la pérdida de esa biodiversidad se debe a la extracción y el procesamiento de los recursos naturales, tal y como indica el informe “The Nature Imperative: How the circular economy tackles biodiversity loss” de la Ellen MacArthur Foundation.

Ese documento se basa en las ideas sobre los beneficios medioambientales de la economía circular expuestas en anteriores informes de investigación publicados y tiene como objetivo detallar el papel específico de cada principio de la economía circular y su aplicabilidad en todos los sectores a la hora de mejorar esa maltrecha biodiversidad.

Sigue leyendo
Estándar
cambio climático, economía circular, educación, sostenibilidad, tendencias, urbanismo

¿Qué pasa cuando reciclaje y movilidad sostenible son mal entendidos? El ejemplo de Barcelona

Fuente: Albert Vilariño

Las iniciativas tanto para mejorar el reciclaje de los desperdicios que generamos como para lograr una movilidad más sostenible son del todo necesarias, pero no a cualquier precio ni tampoco haciéndolo como si un elefante entrara en una cacharrería.

En la ciudad de Barcelona, la ciudadanía estamos sufriendo los efectos de experimentos del Ayuntamiento que nos acaban transportando a épocas medievales o que directamente en lugar de ofrecer una seguridad extra acaban suponiendo justamente lo contrario.

Me refiero, en primer lugar, a la implantación de un sistema que, sobre el papel, debería promocionar la recogida selectiva de residuos tanto de negocios como de particulares y basado en la realización de una selección de dichos residuos  en base a si son (a grandes rasgos) orgánicos, de vidrio, de papel o cartón, plástico o de otro tipo.

¿A priori suena bien, no? ¿Quién, mínimamente concienciado por la sostenibilidad, no querría una mejora del reciclaje de sus desperdicios? 

Probablemente todos diríamos que adelante con la idea ya que muchos de nosotros ya hacíamos esa selección de los residuos con anterioridad, y un buen sistema haría que otros se animaran. Pero lo que están empezando a hacer en el barrio de Sant Andreu, tras haberlo implementado anteriormente en el de Sarrià Vell, en lugar de promocionar el reciclaje está consiguiendo no solo el enfado de los vecinos sino también un sentimiento anti reciclaje entre muchos de ellos.

Sigue leyendo
Estándar