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El último caso sonado de corrupción empresarial en Samsung pone de nuevo sobre la mesa un grave problema que hay que atajar, para el que existen herramientas y ante el cual se necesita determinación.
El arresto de Lee Jae-yong, heredero de Samsung y líder del mayor grupo empresarial de Corea del Sur, acusado de prácticas de soborno, malversación de fondos y cometer perjurio ha sido el mayor escándalo de lo que llevamos de año en esta clase de delitos.
La corrupción es un problema universal difícil de cuantificar económicamente con cifras exactas, pero para hacernos una idea de lo que representa nos pueden servir de ejemplo los datos del Informe sobre la lucha contra la corrupción en la Unión Europea de 2014, según el cual se calculaba que sólo en la U.E. el coste de la corrupción para la economía ascendía a 120.000 millones de euros al año, un poco menos que el presupuesto anual de la Unión.
También, hace unas semanas, analizábamos la edición 2015 del Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional en el cual se corrobora que la corrupción es un asunto mayoritariamente grave a nivel global, y que España estaba destacando negativamente en una evolución para nada deseable.
Ante la existencia de esta lacra, existen muchas guías para implantar prácticas anti-corrupción tanto dirigidas a instituciones públicas como a organizaciones privadas.
Hoy vamos a analizar dos de las herramientas disponibles para gestionar y reducir el riesgo de corrupción, sin olvidar que son poco menos que inútiles si la organización en la que se utilizan no tiene una Dirección comprometida totalmente con ese propósito.
Certificando la gestión anti-soborno en las organizaciones: ISO 37001.
Después de casi cuatro años de desarrollo, la “ISO 37001 Sistemas de gestión anti-soborno. Requisitos con orientación sobre su uso” ha sido publicada a finales de 2016.
En la actualidad sólo se encuentra disponible en inglés aunque tendrá una versión en castellano que será incorporada próximamente en el catálogo de AENOR como UNE-ISO-37001.
Esta ISO se ha desarrollado como un estándar de requisitos que puede ser objeto de certificación independiente por terceras partes, lo cual puede servir a las organizaciones para mostrar externamente su compromiso y valores al respecto del ámbito que se certifica.
Su objetivo es ayudar a las organizaciones a establecer, implementar, mantener y mejorar un programa de cumplimiento contra el soborno, a través de una serie de medidas que representan buenas prácticas reconocidas a nivel mundial.
ISO 37001 contempla el soborno en dos vías, es decir, el soborno por parte de la organización, o por su personal o socios comerciales que actúen en nombre de la organización o para su beneficio, y el soborno de la organización, o de su personal o socios comerciales en relación con las actividades de la organización.
Es un estándar flexible y adaptable a una amplia gama de organizaciones de todo tipo, tamaño y país, y las medidas que requiere tomar están diseñadas para ser integradas en los procesos y controles de gestión existentes de la organización, ya que sigue la estructura ISO común para estándares de sistemas de gestión para su fácil integración.
NOTA: Artículo inicialmente publicado en Compromiso Empresarial. Para seguir leyendo clique aquí.