Gracias a cualidades definitorias como la descentralización, la apertura y la globalidad, la tecnología blockchain emerge como una solución potencial para alcanzar el progreso necesario en la acción climática cuando los actuales métodos convencionales no son suficientes para abordar este desafío de grandes proporciones.

La urgencia de la transformación digital en el sector del medio ambiente y el clima se ha convertido en algo innegable, especialmente cuando se considera que otros sectores, desde el comercio minorista hasta las finanzas y la fabricación, han demostrado los beneficios en la eficiencia y la productividad que aportan la conectividad, la automatización y el análisis de datos. 

Sin embargo, según el informe del Foro Económico Mundial (FEM) “Blockchain for scaling climate Action”, el sector climático, que se enfrenta a lo que podría ser la mayor amenaza para la humanidad, sigue dependiendo en gran medida de datos limitados y obsoletos. Se necesitan infraestructuras, herramientas y tecnologías de coordinación climáticas globales para seguir el ritmo del cambiante ecosistema planetario, trascender fronteras y abarcar ámbitos sociales, económicos, culturales y gubernamentales y es ahí donde blockchain puede ayudar.

La tecnología blockchain, también conocida como cadena de bloques, es un sistema innovador que permite el intercambio de información de manera segura y transparente. Se puede describir de manera simplificada como un libro de contabilidad digital, donde cada transacción se registra en un «bloque» y cada uno de estos bloques se conecta en una «cadena». 

Una característica distintiva de la blockchain es que esta información no se almacena en un lugar centralizado, sino que se distribuye entre todos los participantes de la red, lo que la hace extremadamente segura y resistente a la manipulación. Esta tecnología es la base de las criptomonedas como el Bitcoin, pero también tiene potencial para transformar otros sectores y ámbitos como la banca, la salud, la logística o la sostenibilidad.

El cruce entre esta tecnología y la innovación climática está progresando a un ritmo acelerado, con el potencial de impulsar acciones climáticas a nivel global y apoyar el avance hacia la descarbonización a nivel mundial. 

En esta etapa de desarrollo veloz, el informe del FEM trata de abordar la creciente necesidad de comprender en profundidad las posibilidades y limitaciones de la tecnología blockchain, y de cerrar la brecha entre el conocimiento y la velocidad de la innovación.

La propuesta de valor de la blockchain

La responsabilidad de gestionar la crisis climática y los recursos de propiedad común, como son por ejemplo la biodiversidad y un clima habitable, se transfirieron a través del Acuerdo de París a los actores nacionales. A partir de ahí, la responsabilidad recae en agentes subnacionales y no estatales, cuyos intereses e incentivos a menudo entran en conflicto con el bien común. 

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que asiste a más de 120 países para fortalecer sus contribuciones determinadas a nivel nacional (conocidas como NDC por sus siglas en inglés) en cada uno de estos países, ha determinado que la ausencia de sistemas de datos unificados y la multiplicidad de metodologías de medición harán más difícil establecer metas climáticas agresivas y medir de manera precisa el avance climático global.

En este contexto, las denominadas herramientas de Web3, incluyendo las tecnologías blockchain, los sistemas de datos e identificadores descentralizados, y las credenciales verificables, podrían aportar la infraestructura de datos y las normas de interoperabilidad requeridas para crear estos sistemas y coordinar el progreso hacia las NDC a nivel global.

Gracias a su estructura descentralizada y a su resistencia a la manipulación, la contabilidad climática a través de la Web3 podría ayudar a alinear los incentivos entre los diferentes actores gubernamentales que, de otro modo, probablemente tendrían desconfianza mutua.

Esto permitiría resolver los problemas centrales de responsabilidad e incentivos que son inherentes a las negociaciones globales sobre el clima.

Un mercado voluntario de carbono más transparente y creíble

El mercado voluntario de carbono (VCM en inglés) es un mecanismo de mercado existente que la comunidad mundial puede utilizar para canalizar el capital empresarial hacia la conservación de la tierra y la gestión medioambiental.

Se espera que este mercado crezca exponencialmente: de 2.000 millones de dólares en 2021 a 50.000 millones en 2030. Sin embargo, a medida que el VCM ha empezado a ampliarse para satisfacer la creciente demanda de compensaciones de carbono por parte de las empresas para cumplir sus objetivos netos, la transparencia se ha convertido en un problema. 

Para que los mercados de carbono cumplan sus promesas, es crucial que las empresas compradoras (y el público en general) confíen en su calidad e integridad: las compensaciones de carbono deben demostrar de forma transparente un cambio causal y duradero en las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) y, al mismo tiempo, estar exentas de problemas de credibilidad como el doble recuento o las fugas.

Debido a su formato público, accesible y legible por máquinas, las cadenas de bloques pueden proporcionar la base transparente necesaria para un VCM fiable y escalable. Al construir los registros de carbono sobre la blockchain, los participantes en el mercado pueden ver un registro digital transparente de cada créditoen todas las geografías y normas, lo que permite la coordinación global de precios y suministros. 

Cuando se combinan con herramientas digitales para medir, notificar y verificar (como contadores y sensores inteligentes, imágenes de drones y ciencia de datos), los sistemas digitales de contabilidad del carbono pueden ofrecer visibilidad en tiempo real de la eficacia de los esfuerzos de secuestro de carbono en curso. 

Esta transparencia disminuye el riesgo para los compradores corporativos que buscan garantizar que sus presupuestos netos cero se destinen a esfuerzos de mitigación climática mensurables y verificables.

Digitalización y la democratización en el acceso a la acción climática

Los mercados convencionales de financiación del carbono están restringidos a las grandes instituciones porque los créditos de carbono no suelen venderse en volúmenes inferiores a una tonelada de CO₂secuestrado (es decir, el CO₂ extraído de la atmósfera y almacenado en sumideros ecológicos, como por ejemplo la materia orgánica del suelo).

Sin embargo, el reciente movimiento de «tokenización» (es decir, digitalización) de los créditos ha hecho posible la propiedad fraccionaria (por debajo de la tonelada) de los mismos, lo que permite a particulares y organizaciones más pequeñas participar en el mercado. 

También los créditos fraccionados ponen al alcance de compradores más pequeños créditos de un valor considerablemente alto, como los créditos de eliminación de dióxido de carbono basados en la tecnología, que pueden costar cientos de dólares por tonelada.

Aparte de ampliar el acceso a la compensación de carbono a un público más amplio, la cultura participativa de blockchain está inspirando una nueva ola de acción climática por parte de las generaciones más jóvenes, que ven en la tecnología una herramienta de empoderamiento. 

Por todas las razones expuestas, la cadena de bloques se ha convertido en una gran aliada para la descarbonización, aunque su implementación va a requerir de una coordinación reflexiva, una acción significativa en todos los niveles de la sociedad y la industria, así como educación y una regulación equilibrada. 

Es indudable que es una tarea colosal, pero esencial para impulsar la acción climática y cumplir nuestros objetivos climáticos a nivel mundial.

Nota: este artículo fue previamente publicado en Revista Haz el 7-6-23.