
Cada vez más ciudades adoptan estrategias de diseño que desalientan el descanso, la permanencia y la interacción. Bancos divididos, aspersores nocturnos o barreras invisibles son parte de una arquitectura hostil que no solo incomoda, sino que define quién merece estar y quién debe desaparecer del espacio público.
La arquitectura hostil, también conocida como diseño defensivo, exclusionary design o anti-homeless, es una estrategia de diseño urbano que altera el mobiliario y las superficies públicas para desalentar conductas como sentarse, tumbarse, patinar o improvisar refugios, y con ello aleja de la escena a colectivos concretos, sobre todo personas sin hogar, jóvenes y usuarios con movilidad reducida.
Sus formas van desde pinchos en repisas y bancos segmentados hasta riego nocturno automático disuasorio. Aunque sus precedentes se remontan al higienismo del siglo XIX, en la última década estas tácticas han ganado visibilidad y controversia porque transforman el espacio público en una herramienta de control más que de convivencia.
Este tipo de arquitectura ha pasado de meras anécdotas aisladas a un patrón visible en las ciudades españolas. En marzo, la Puerta del Sol de Madrid se quedó sin asientos: el Ayuntamiento retiró los bancos durante las obras que preparan la instalación de toldos y anunció que, cuando vuelvan, serán piezas de granito que harán de anclaje para las velas de sombra. En Zaragoza, unos triángulos metálicos fijados al alféizar exterior de un McDonald’s del Coso obligaron a los repartidores a llevar sus propias sillas y reavivaron el debate sobre la proliferación de arquitectura hostil en la ciudad.
Mientras tanto, la Fundació Arrels ha cartografiado casi 950 elementos de mobiliario excluyente en el área metropolitana de Barcelona e invita a la ciudadanía a seguir documentándolos.
Estos datos bastan para encuadrar el tema: el diseño urbano se está utilizando como herramienta de control sobre quién puede permanecer, descansar o simplemente ocupar el espacio público, abriendo un debate inevitable sobre la responsabilidad social de la arquitectura y el derecho a la ciudad.