
El sector del transporte y la logística es un pilar fundamental de la economía mundial. Cada año, miles de millones de toneladas de mercancías recorren carreteras, atraviesan océanos y surcan los cielos para abastecer a industrias y consumidores. No obstante, esta actividad conlleva un impacto ambiental significativo, ya que se estima que el transporte en su conjunto genera entre el 16% y el 25% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), con el transporte de carga representando un 7-8% del total.
La presión regulatoria y las expectativas del mercado han llevado a las empresas del sector a explorar soluciones innovadoras para reducir su huella de carbono. Alternativas como la electrificación de flotas y el desarrollo de combustibles sostenibles ofrecen posibilidades prometedoras, pero requieren inversiones y plazos prolongados para su implementación a gran escala.
En contraste, la digitalización y la inteligencia artificial (IA) han emergido como herramientas de aplicación inmediata para mejorar la eficiencia operativa y reducir emisiones.
La IA ya está demostrando su capacidad para optimizar rutas, mejorar la gestión de carga y facilitar el uso de modos de transporte más sostenibles. Según el informe Intelligent Transport, Greener Future: AI as a Catalyst to Decarbonize Global Logistics, publicado por el Foro Económico Mundial en colaboración con McKinsey & Company, estas tecnologías pueden lograr reducciones significativas en las emisiones sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura.
Algunas estimaciones apuntan a que su aplicación a gran escala en la logística podría reducir entre un 10% y un 15% las emisiones totales del sector.