
Una búsqueda de información, digamos que normal y hasta anodina, sobre energías renovables y estrategias de conservación en internet, se transformó rápidamente en el descubrimiento de una filosofía que me dejó un tanto contrariado, sobre todo por la fuerza que transmite el nombre del movimiento que la promueve.
Este encuentro no fue algo que busqué deliberadamente, sino más bien un hallazgo fortuito que surgió de un enlace a otro, un testimonio de cómo la vastedad de internet puede llevarnos de la familiaridad a territorios completamente desconocidos en cuestión de pocos “clics”.
¿Qué es lo que encontré, se preguntará el lector? Pues ni más ni menos que la existencia del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria. Inicialmente, la mera existencia de un grupo dedicado a la promoción de la extinción humana me pareció absurda, incluso alarmante. Suena directamente a acabar con la población del planeta de una forma o de formas expeditivas. Seguro que cada lector imaginará más de una.