![](https://albertvilarino.com/wp-content/uploads/2024/05/oo-jiflip-qsvjkqdidpy-unsplash.jpg?w=1024)
La reciente escalada de gastos militares sitúa al mundo en una delicada encrucijada. Este aumento, impulsado por tensiones geopolíticas y conflictos, pone en evidencia la profunda implicación del sector financiero en la industria armamentística y, con ello, en el fomento de la guerra.
El mundo se enfrenta en la actualidad a múltiples crisis convergentes que se ven agravadas por el incremento conflictos armados en diversas regiones. Como resultado, el año 2023 marcó un punto de inflexión preocupante: el gasto en defensa a nivel mundial aumentó un 9%, alcanzando la cifra récord de 2,2 billones de dólares según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Bancos y otras instituciones financieras obtienen lucrativas ganancias del financiamiento a la producción y comercio de armas utilizadas en conflictos a gran escala en todo el mundo.
El informe «Finance for War. Finance for Peace», publicado por la Fundación Finanzas Éticas y la Global Alliance for Banking on Values (GABV), examina minuciosamente la exposición de la industria financiera a la producción y comercio de armas, destacando un panorama cambiante en el que, por un lado, cada vez más practicantes rechazan el financiamiento para armas, mientras que, por otro, muchas grandes instituciones financieras se benefician de los conflictos globales.
Sigue leyendo