
Foto de Andreea Popa en Unsplash
En el actual tejido social de España, lidiamos con dos problemas críticos que requieren una atención inmediata y sostenida: la violencia de género y los suicidios. Ambas cuestiones reflejan las dimensiones angustiantes de la experiencia humana y subrayan la urgente necesidad de una respuesta social y política efectiva.
Mientras que la violencia de género, que se ha cimentado en una larga historia de desigualdades y abusos, ha encontrado un espacio de reconocimiento y acción en la agenda pública, los suicidios, aunque reflejan una crisis de salud mental que afecta a un amplio espectro de la población, aún luchan por obtener una visibilidad y comprensión comparables.
Aunque queda todavía mucho por hacer, las iniciativas gubernamentales y sociales han desempeñado un papel crucial en la lucha contra esta forma de violencia, proporcionando recursos, apoyo y, lo más importante, una plataforma para la denuncia y la justicia. Aunque en 2022 todavía murieron 49 mujeres por violencia de género, hemos ido viendo que la movilización colectiva hace posible lograr cambios cuando la sociedad decide enfrentar de frente sus desafíos.

