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Movimiento anti-ASG: quién, por qué y cómo contrarrestarlo

Foto de Joakim Honkasalo en Unsplash

El reciente movimiento de resistencia al ASG (prácticas y principios de Inversión Ambiental, Social y de Gobernanza) capta cada vez más la atención del mundo empresarial. Aunque este rechazo parece ser una tendencia norteamericana, su potencial impacto global no puede ser ignorado ya que sus repercusiones pueden acabar afectando a empresas e inversores en todo el mundo. 

El rechazo y las críticas hacia las prácticas y principios ASG pueden tener profundas repercusiones en el mundo empresarial. En un entorno donde la reputación y la percepción pública son esenciales, las acusaciones de greenwashing o de no adherirse genuinamente a los principios ASG pueden erosionar rápidamente la confianza de consumidores, inversores y otros grupos de interés clave. 

Esta pérdida de confianza no es meramente superficial y puede traducirse en una disminución tangible en la lealtad de marca, en decisiones de inversión adversas y en un impacto negativo en el valor de las acciones.

Además, en un mercado financiero cada vez más consciente de los riesgos asociados con prácticas no sostenibles, las empresas que no se alinean con los estándares ASG pueden enfrentar dificultades para obtener financiación o atraer inversores. 

Sin embargo, no todo son malas noticias. Las empresas que optan por abrazar el ASG y demostrar un compromiso auténtico con prácticas sostenibles y responsables tienen ante sí un horizonte lleno de oportunidades. Estas empresas pueden acceder a nuevos mercados, establecer alianzas estratégicas beneficiosas y posicionarse como líderes en sostenibilidad. 

Al fin y al cabo, abordar proactivamente las críticas y desafíos relacionados con el ASG no solo es una cuestión ética, sino también una estrategia inteligente para garantizar el éxito y la resiliencia empresarial en el futuro.

The Conference Board, grupo de reflexión o think tank norteamericano fundado en 1916 ha publicado un informe en el que se analiza el tema del rechazo ASG, sus consecuencias y posibles soluciones, y que vamos a resumir a continuación en este artículo.

Las causas del rechazo ASG son diversas 

El rechazo al ASG abarca una variedad de formas de oposición hacia las prácticas y principios de Inversión Socialmente Responsable (ISR). Esta oposición no es uniforme y puede manifestarse de diversas maneras, dependiendo de la fuente y la intención detrás de la crítica.

Una de las formas más comunes de rechazo es el escepticismo saludable. Esta forma de oposición cuestiona la eficacia de las iniciativas ASG, como el rendimiento de los fondos de inversión ASG. Los escépticos a menudo buscan evidencia empírica que demuestre que las inversiones ASG realmente generan un impacto positivo tanto en términos financieros como en términos de sostenibilidad y responsabilidad social.

Por otro lado, existe una oposición filosófica que desafía la importancia otorgada al ASG en el contexto del rendimiento operativo y financiero de las empresas. Estos críticos argumentan que las empresas deberían centrarse exclusivamente en maximizar el valor para los accionistas, sin distraerse con consideraciones ASG que, según ellos, no tienen un impacto directo en la línea de fondo.

Además, hay una forma de oposición que puede describirse como oportunista. En este caso, individuos o entidades utilizan el rechazo al ASG para promover sus propios intereses personales o políticos. Por ejemplo, ciertos políticos pueden criticar las prácticas ASG para ganar apoyo en sectores o regiones que sienten que podrían verse perjudicados por una transición hacia prácticas más sostenibles.

Es importante destacar que el rechazo al ASG también varía en intensidad. Mientras que en algunas empresas la oposición puede ser leve, en otras puede representar un riesgo significativo para su modelo de negocio. Por ejemplo, las posturas de las empresas sobre temas sociales sensibles, como la igualdad racial, los derechos LGBTQ+, los derechos reproductivos o la regulación de armas, pueden generar respuestas emocionales intensas y polarizadas.

En una encuesta realizada por The Conference Board a 125 empresas, casi la mitad informó haber experimentado algún tipo de rechazo al ASG. En la mayoría de los casos, este rechazo se dirigió contra una industria o empresas en general, en lugar de contra una empresa específica. 

El rechazo va en función del sector o industria

El rechazo o resistencia hacia las prácticas y principios ASG tampoco se distribuye de manera uniforme entre todas las industrias. De hecho, algunas se han visto particularmente afectadas, enfrentando niveles más intensos de escrutinio y crítica.

Según el informe, el sector de servicios financieros y de seguros ha sido el más afectado hasta la fecha. Dentro de este sector, los gestores de activos, en particular, han sido percibidos como los guardianes de la inversión ASG y han enfrentado presiones y oposiciones desde múltiples frentes. Por un lado, han sido criticados por políticos y otros actores que argumentan que el ASG no actúa en el mejor interés de los inversores o de la economía en general. Por otro lado, también enfrentan presiones de aquellos que creen que no están haciendo lo suficiente para promover prácticas sostenibles y responsables.

Además de los gestores de activos, las empresas emisoras no han estado exentas de críticas. Aunque no han enfrentado el mismo nivel de rechazo que los gestores de activos, muchas observan un sentimiento anti-ASG emergente de múltiples partes interesadas y están preocupadas por ser el próximo objetivo.

El rechazo no se limita solo a cuestiones de gobernanza o prácticas empresariales. Tal y como se ha comentado antes, las posturas de las empresas sobre temas sociales, especialmente aquellos que son políticamente o culturalmente sensibles, han sido puntos focales de crítica, recibiendo desde el apoyo entusiasta hasta la oposición vehemente.

¿De qué grupos de interés proviene el rechazo al ASG?

El rechazo a las prácticas y principios ASG proviene de diversas fuentes, cada una con sus propias motivaciones y perspectivas, por lo que es esencial comprender estas fuentes para abordar adecuadamente las críticas y adaptar las estrategias empresariales.

Esas fuentes se pueden resumir en:

  • Políticos y reguladores: Algunos políticos y reguladores ven el ASG como una amenaza para la estabilidad económica o como una forma de activismo político disfrazado. Estos críticos argumentan que las empresas deberían centrarse en maximizar el valor para los accionistas y no distraerse con consideraciones que no tienen un impacto directo en la rentabilidad, una postura que puede estar influenciada por intereses políticos o económicos específicos propios.
  • Empleados y sindicatos: Aunque muchos empleados apoyan las iniciativas ASG, también hay quienes sienten que estas prácticas pueden poner en peligro sus empleos, especialmente en sectores que están en transición hacia modelos más sostenibles. 
  • Medios de comunicación: Los medios de comunicación juegan un papel crucial en la percepción pública del ASG y, si bien muchos medios promueven la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa, otros pueden ser críticos, especialmente si perciben que las empresas están utilizando el ASG sin un compromiso genuino. 
  • Inversores tradicionales: Aunque muchos inversores están incorporando criterios ASG en sus decisiones de inversión, todavía hay un segmento significativo que se mantiene escéptico y los ven como una moda pasajera o como una distracción de los fundamentos financieros tradicionales.
  • Sociedad en general: La percepción pública del ASG es variada. Mientras que una gran parte del público apoya las prácticas sostenibles y responsables, también hay una porción significativa que es escéptica o incluso hostil hacia el ASG, especialmente si sienten que estas prácticas pueden resultar en costos más altos o en la pérdida de empleos.

Entender la diversidad de fuentes de rechazo al ASG es solo el primer paso en la construcción de una estrategia empresarial sólida y resiliente. Las empresas deben ir más allá de la simple identificación de estas fuentes y trabajar activamente para establecer diálogos constructivos con cada grupo de interés. 

¿Cómo se puede contrarrestar el movimiento anti-ASG?

Enfrentar el rechazo al ASG es un desafío que requiere una respuesta multifacética por parte de las empresas en la que una comunicación clara y transparente se sitúa como base para cualquier estrategia efectiva. 

Al ser transparentes sobre sus objetivos, logros y desafíos en materia de ASG, las empresas pueden contrarrestar la percepción de greenwashing y construir confianza con sus stakeholders publicando informes detallados y sometiéndose a auditorías externas.

Además, la educación y la capacitación juegan un papel crucial. Al invertir en programas que aclaren conceptos y destaquen la importancia del ASG, las empresas pueden abordar muchos malentendidos y resistencias que surgen de la falta de información. 

La colaboración también es esencial. Las empresas no deberían enfrentar la resistencia al ASG en solitario. Al buscar alianzas con diferentes grupos de interés, como ONGs, inversores y comunidades locales, las empresas pueden fortalecer su posición, superar obstáculos y generar impacto positivo.

La adaptabilidad y la flexibilidad son igualmente cruciales en un mundo del ASG en constante evolución. Las empresas deben estar preparadas para revisar sus prácticas y ajustar sus estrategias según las circunstancias. Esta disposición para adaptarse no solo ayuda a abordar críticas específicas, sino que también posiciona a las empresas como líderes en sostenibilidad y responsabilidad.

Por último, el ASG no debería tratarse como una iniciativa aislada. Las empresas más exitosas son aquellas que integran los principios ASG en el núcleo de su estrategia y operaciones, considerándolos en todas las decisiones y demostrando un compromiso genuino con la sostenibilidad y la responsabilidad. 

Nota: este artículo fue previamente publicado en Revista Haz el 18-10-23.

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