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Foto de Reproductive Health Supplies Coalition en Unsplash
En un mundo cada vez más consciente de los impactos negativos de la actividad humana en el medio ambiente y en la propia la sociedad, las empresas tienen una responsabilidad creciente de adoptar prácticas sostenibles en todas las áreas de su actividad, incluyendo sus cadenas de suministro que son una área crítica en la que se puede marcar una gran diferencia en términos de sostenibilidad.
Las cadenas de suministro son esenciales para la economía global, ya que son uno de los principales impulsores del comercio y actúan como nexo de conexión entre empresas de diferentes tamaños, sectores y áreas geográficas.
Dentro de ellas se incluyen todas las actividades relacionadas con la producción y distribución de bienes y servicios, desde la obtención de materias primas hasta la entrega al consumidor final. Estas cadenas son a menudo complejas y globales, con múltiples actores y procesos involucrados.
Gestionar la cadena de suministro de manera responsable tiene múltiples beneficios como la reducción de riesgos para el medio ambiente y la salud humana asociados con la producción y el transporte de bienes y servicios, el aumento de la eficiencia y la reducción de costes al optimizar el uso de los recursos y minimizar los residuos y emisiones de gases de efecto invernadero, o la mejora de la reputación de la marca y la relación con unos clientes que cada vez son más conscientes de la importancia de la sostenibilidad en sus decisiones de compra, por citar sólo algunos ejemplos.
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