
Foto de Andy Kelly en Unsplash
La Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando la forma en que vivimos y trabajamos, ofreciendo promesas de innovación y eficiencia sin precedentes, pero también suscita preocupaciones sobre la confianza en su uso. Informes recientes han tratado la percepción pública de esta tecnología y develado cómo la confianza en ella se ha convertido en un tema crucial en la era de la automatización y la digitalización.
A medida que se reconocen los numerosos beneficios potenciales y reales para las personas, las organizaciones y la sociedad en general, la inversión en IA continúa en constante crecimiento en todos los sectores y organizaciones de distinto tipo están aprovechando las capacidades que brinda para mejorar la predicción, optimizar productos y servicios, fomentar la innovación, incrementar la productividad y eficiencia, y reducir costos, entre otras aplicaciones beneficiosas.
Sin embargo, ha surgido a la vez una creciente preocupación debido a casos notorios de uso sesgado, discriminatorio, manipulador, ilegal o violatorio de los derechos humanos de la IA.
Para asegurar que se aprovechen plenamente las ventajas de la IA y se obtengan rendimientos de las inversiones en estas tecnologías, es esencial mantener la confianza de los ciudadanos, que deben tener la seguridad de que la IA se desarrolla y utiliza de manera responsable y confiable, siempre con el fin de asegurar un beneficio real y sostenible para la sociedad.
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